viernes, 30 de marzo de 2007

La Tigresa Blanca

Me gusta mucho el estilo de la escuela de Marcinelle: Spirou, Gil Pupila, Theodore Poussin… fue precisamente cuando leí que Los Innombrables recordaba a Theodore Poussin (¡reedición ya!), que me animé con esta serie de Yann y Conrad. El primer número, Shukumeï, que publicó Dibbuks hace unos meses, me decepcionó bastante: chistes fáciles y una historia para olvidar. Sin embargo, como tengo entendido que la historia mejora en las siguientes entregas, me animé con La Tigresa Blanca, donde se reúnen los dos primeros álbumes de la serie dedicada al personaje de Alix, la espía china que aparecerá en futuros números de Los Innombrables.

Es cierto, la cosa mejora, el humor es más atrevido y el argumento, sin ser excesivamente original (historia de espías en el marco de un Hong-Kong años cincuenta), entretiene, aunque a veces da la impresión de avanzar a trompicones, es su punto más flojo. Lo más destacable, el dibujo y los personajes: sobre todo ese Flake (trasunto del Blake de Blake y Mortimer) y la relación que mantiene con su madre, es genial; la protagonista femenina da su réplica oriental y sexy, y los secundarios están a la altura (el criado de Flake, los Invisibles…).

Y el dibujo de Conrad, por supuesto, digno representante de su Escuela: muy dinámico y engañosamente infantil, una gozada.

Así que bueno, lo visto hasta ahora no es para echar cohetes, pero al menos hace pasar un buen rato, mientras esperamos futuras (y mejores) aventuras de Los Innombrables.


lunes, 26 de marzo de 2007

En el Restaurante Chino

-Papá, ¿qué es una Familia Feliz?
-¡¿Y yo qué coño sé?!

jueves, 22 de marzo de 2007

Orfeo

Orfeo, hijo del rey tracio Eagro y de la musa Calíope, fue el poeta y músico más famoso de todos los tiempos. Apolo le regaló una lira y las Musas le enseñaron a tocarla, de tal forma que no sólo amansaba a las bestias salvajes sino que hacía que los árboles y las rocas se movieran de su lugar y siguieran el sonido de su música. En Zona, Tracia, algunos de los viejos robles de montaña aún se alzan formando la disposición de una de sus danzas, tal como él los dejó.

Robert Graves, Los Mitos Griegos

martes, 20 de marzo de 2007

Guillermo

¿Ya tienes tu Squirt Wee Boy?

Éste que echa las últimas gotitas es el mío, se llama Guillermo. ¿No es un amor?

sábado, 17 de marzo de 2007

La Casa del Muerto

Esta obra de Keko está siendo elogiada como lo mejor que ha dejado la “industria” nacional del tebeo el pasado año, y lo cierto es que hace abundantes méritos para ello.
El dibujo es opresivo, entre sucio y elegante, dando protagonismo a las tramas, mezclando la estética años cincuenta con el underground y el surrealismo.
Como en un juego de muñecas rusas, unas historias se contienen a otras en una estructura que cobra sentido conforme vamos avanzando en la lectura (y más, en una segunda lectura).
Por supuesto, su tono onírico se presta a múltiples interpretaciones. Estas son las mías.

-Agenda resume de alguna manera el paisaje que vamos a contemplar durante el resto del libro: personajes a medio camino entre la dulce estética de los años cincuenta americanos y el teatro del absurdo, reflexiones sobre el poder, el arte y las relaciones humanas.

-Loverboy avanza un paso más y profundiza en el tema de las relaciones, tanto sentimentales como las que unen a los creadores con los receptores de su obra.

-Ya no me cuentas nada es una historia más “convencional” narrativamente hablando. Nuevamente el arte y sus receptores, personajes que sufren por ser diferentes y por su incapacidad para ser felices.

-Deserted house es la pieza más poética y más impresionante gráficamente, apenas tiene diálogos, pero el dibujo es para perderse en él muchas veces.

-El perfil requerido nos habla del poder y sus exigencias, en un tono absurdo que acaba por ser muy inquietante.

-Cerrado por vacaciones da unidad al conjunto, cerrando el círculo de forma impecable, y con un interesante uso de distintos narradores.


jueves, 15 de marzo de 2007

Los años oscuros

En el principio fue la barra… y a partir de ahí, Santiago Valenzuela ha erigido una mitología basada en los borrachuzos de tasca y palillo de los años setenta, ochenta y noventa (auge, esplendor y decadencia), a los que llama “torreznos”.
El Capitán Torrezno es uno de estos seres, como ya sabíamos por las entregas anteriores. En ésta, última del ciclo de Deeneim, un periodista investiga los orígenes del mito del Capitán. A través del testimonio y los escritos del cronista Julián Zurraspa (que son los textos e historietas antiguas en las que Valenzuela dio forma a su mundo), asistimos al origen y evolución de esta raza de torreznos, que en esos tiempos extendieron su imperio por las tascas de Madrid y su extrarradio.
Ahora, viendo la obra en su conjunto (los seis libros), podemos valorar la ambición del autor y calificarla de asombrosa, fusionando una gran saga épica de asedios y batallas con la iconografía pop hispana más castiza: billetes de mil pesetas, paquetes de Ducados… y sorprendentemente, todo encaja en la historia, que es coherente y sin fisuras, para mi un hito del tebeo patrio.
Incluso me ha parecido notar que los textos son más legibles que en libros anteriores, algo que se agradece, pues la tipografía y la saturación de texto en las viñetas eran en mi opinión su mayor defecto, distrayendo mucho de la lectura.
El dibujo es, como siempre, espectacular: composiciones detalladísimas, magistral uso de los grises, expresionismo en los rostros…
Y como guinda del pastel, la espectacular caja-archivador para toda la saga que se incluye con éste número, que compensa un poco el precio excesivo de los álbumes.

martes, 13 de marzo de 2007

¿Sabías que...?

¿…en Mongolia, a los retrasados mentales les llaman despectivamente “españólicos”?

miércoles, 7 de marzo de 2007

Los Mitos Griegos, 1

Hace unos meses que pretendo poner algo de orden en mis caóticas y desmemoriadas lecturas (éste blog nace como parte de esa pretensión). Para ello he diseñado un ambicioso programa que me embarcará en un recorrido más o menos cronológico y ordenado por diversas obras clásicas: la Ilíada, la Odisea, La Divina Comedia… que ya iba siendo hora de leerlas. Posiblemente esta tarea me ocupe el resto de mi vida (no quiero estresarme, iré alternando con otras cosas más ligeritas), y empezaré, cómo no, por los griegos. Así que para iniciarme, me estoy leyendo éste libro de Robert Graves, Los Mitos Griegos.

Se trata de un diccionario de mitos, que no están ordenados alfabéticamente, sino estableciendo una cierta “cronología”. Así, las primeras entradas corresponden a mitos sobre la creación del mundo, siguiendo con la castración de Urano, los dioses olímpicos analizados uno a uno, semidioses, héroes, leyendas… hasta un total de aproximadamente 200 entradas. Es fascinante contemplar cómo se van trenzando los mitos a través de los siglos, mitos sobre las que se ha edificado toda nuestra cultura occidental. Pero, ojo, no es el típico libro que se lee “como una novela”, es una obra teórica y exhaustiva, y si uno no sabe nada de Mitología, puede hacerse duro empezar desde aquí. Yo (que apenas sé nada de Mitología ni de nada) lo estoy leyendo muy despacio, y creo que tendrá más utilidad como libro de consulta cuando empiece en serio a leer literatura griega antigua.

Cada entrada consta de dos partes, que pueden durar entre dos y cinco páginas de media. En los primeros apartados (a, b, c…) se narra el mito, por ejemplo:

a. Apolo mató a la serpiente Pitón en Delfos.

El segundo bloque (1, 2, 3…) explica la versión de Graves del origen del mito:

1. Se refiere a la invasión aquea de Creta, tomando el templo de la diosa y dedicándolo al culto de Apolo.

Todo esto perlado de referencias cruzadas a otros capítulos, muy útiles.
De momento (aún voy por la página 145 de mil y pico), lo que considero más resaltable es que Graves explica muchos de éstos mitos como una manera de ejemplificar el (traumático) paso del matriarcado al patriarcado. La Diosa (triple Diosa: joven, ninfa y vieja) fue sustituida por Hera, Ártemis, Afrodita… y los dioses masculinos representan al consorte de la reina, que en algún punto de la historia se negó a ser sacrificado tras cumplir su misión fecundadora. Las posturas acabaron por conciliarse en el Olimpo, un órgano paritario (6 dioses y 6 diosas). Si es que está todo inventado…

Algunas de las teorías de Graves, sobre todo su tendencia a asociarlo todo a la Triple Diosa, han sido muy criticadas, se dice que ha retorcido los hechos para adecuarlos a sus teorías. De hecho, éste libro se complementa con otro llamado La Diosa Blanca, en el que abunda en esta teoría. De cualquier forma, si no nos lo creemos podemos obviar los comentarios hacia la Diosa sin que el libro pierda rigor. En mi caso, he optado por fiarme de la teoría, basándome en que es realmente “bonita”.
Algunos datos que me están llamando la atención:

-La influencia en la formación de estos mitos de la amanita muscaria y otros hongos psicoactivos, que consumían sacerdotes e iniciados (en Eleusis, por ejemplo). Esto si que me lo creo, además estoy complementando esa visión con la que hace Antonio Escohotado en su Historia de las Drogas.
-Lo avanzado de la cultura cretense, anterior a la griega.
-Una antigua danza ritual, a la pata coja, o cojeando: el baile de la perdiz (¿precedente del baile del pato de Chuck Berry?)
-La noche de bodas entre Hera y Zeus duró 300 años.
-Afrodita significa “nacida de la espuma”.
-… y muchas otras cosas que comentaré otro día.

lunes, 5 de marzo de 2007

Tortuga

Es sabido que en algunas zonas muy húmedas de Europa y Asia habita una variedad de tortuga a la que le crece musgo en el caparazón. En algunos casos, cuando éstas tortugas alcanzan edades avanzadas, pueden además brotarles flores e incluso pequeños arbustos, y en primavera es tal su belleza que el animal se pasa todo el tiempo mirando hacia atrás, hasta el punto que su cuello se debilita hasta quebrarse y provocar su muerte. De esta especie de tortugas deriva la palabra “tortícolis”.

jueves, 1 de marzo de 2007

I am a rock

Como sé que uno de los males endémicos de éste país es su incapacidad para los idiomas, inauguro una sección en la que intentaré traducir algunas canciones del inglés. Por desgracia, mi inglés es macarrónico, pero es lo que hay, así lo desempolvo, y espero que alguien corrija mis errores.
Para empezar, he elegido una aparentemente fácil, de Simon & Garfunkel; últimamente me he topado con gente que nunca ha oido hablar de ellos, y me da pena, porque me gustaba este grupo (y porque me hace sentir viejo oir cosas así). Ahí va:

I AM A ROCK

A winter's day
In a deep and dark December;
I am alone,
Gazing from my window to the streets below
On a freshly fallen silent shroud of snow.
I am a rock,
I am an island.

I've built walls,
A fortress deep and mighty,
That none may penetrate.
I have no need of friendship; friendship causes pain.
Its laughter and its loving I disdain.
I am a rock,
I am an island.

Don't talk of love,
Well I've heard the word before;
It's sleeping in my memory.
I won't disturb the slumber of feelings that have died.
If I never loved I never would have cried.
I am a rock,
I am an island.

I have my books
And my poetry to protect me;
I am shielded in my armor,
Hiding in my room, safe within my womb.
I touch no one and no one touches me.
I am a rock,
I am an island.

And a rock feels no pain;
And an island never cries.

SOY UNA ROCA

Un día de invierno
En un profundo y oscuro diciembre;
Estoy solo,
Escrutando las calles desde mi ventana
sobre un mudo manto de nieve recién caída.
Soy una roca,
Soy una isla.

He construido muros,
Una fortaleza poderosa y profunda
Que nadie puede penetrar.
No necesito amistad; la amistad causa dolor.
Desprecio sus risas y su cariño.
Soy una roca,
Soy una isla.

No me hables de amor,
Vale, ya he oído esa palabra;
Duerme en mi memoria
No interrumpiré el sueño de los sentimientos muertos.
Si no amo nunca lloraré
Soy una roca,
Soy una isla.

Tengo mis libros
Y mi poesía para protegerme
Escudado tras mi armadura
Escondido en mi habitación, seguro dentro de mi matriz.
No toco a nadie, y nadie me toca
Soy una roca,
Soy una isla.

Y una roca no siente dolor;
Y una isla nunca llora.