lunes, 31 de marzo de 2008

Los caminos del Señor

Sigo dibujando, y para practicar he pensado en trasladar al papel algunas canciones, en plan videoclip. Para empezar he escogido ésta tan simpática del gran Javier Krahe:





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viernes, 28 de marzo de 2008

Peculia y los vampiros del bosque siniestro

Vuelvo con Peculia, de Richard Sala. Después de probar a su personaje en historias cortas, como ya vimos, esta vez se lanza a la aventura larga, con una nueva estructura y viñetas más grandes en las que dar rienda suelta a su fascinación por el horror gótico, de forma irreverente pero respetuosa (si eso fuera posible) con el género, a la manera de Tim Burton o Edward Gorey, con quienes suele comparársele. En esta ocasión, Peculia debe hacer de niñera en la casa de unas sugerentes vampiresas.

Los argumentos de Sala no están muy elaborados, son más bien una excusa que le permite dibujar escenas picantes, monstruos, gitanos del este de Europa… pero no por ello descuida la narrativa (expresionista, casi muda en ocasiones) ni sus cómics son menos disfrutables. Al contrario, dan ganas de repasarlos y volver a recrearse en sus viñetas.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Éramos tan jóvenes (8)

Parece que vuelven a estar de moda los años 80. ¿Era realmente necesario? Seguro que no, pero yo voy a unirme al revival rescatando las cabeceras de tres series de los albores de la TVG con una estética muy ochentera.

Para empezar, la interminable Veciños, serie australiana donde empezaron gente como Kylie Minogue (que está de mejor ver ahora que hace veinte años) o Jason Donovan (si no sabes quién es, tienes suerte). Ojo a la canción, el colmo de la ñoñez pero muy pegadiza.




Para los amantes de la informática, una serie que despertó vocaciones: Whiz Kids, que si no me equivoco se tradujo como Xente maravillosa (¿?). Si os fijáis, uno de los polis es Cruz Castillo, el del culebrón Santa Barbara.




Y por último: Kidd Video, una pandilla que es secuestrada por el malo de turno y convertida en dibujos animados.




Cómo ha cambiado todo, ¿no? la ropa, los ordenadores, la música... es que éramos taaaan jóvenes...


lunes, 24 de marzo de 2008

Historia del cuervo con bambas

Un día, el señor Cuervoconbambas se despierta convertido en un gran cuervo. Se calza sus bambas y sale a la calle, pero su nuevo aspecto provoca el rechazo en la gente decente: en su trabajo, en el parque, en el bar, Cuervoconbambas es marginado por ser diferente. Ser un cuervo tiene un pase, pero… ¿un cuervo con bambas? Intolerable.

Este tebeo es una maravilla que desborda talento e imaginación en cada página: humor absurdo, crítica social, diálogos chispeantes… pero sin perder el norte: Fred nos arrastra hacia un final sorprendente, pero también coherente (a su manera).

Esto en cuanto a la narrativa, porque la parte gráfica no se queda atrás: composiciones arriesgadas, encuadres imposibles, viñetas surrealistas, un color delicioso… ¿se nota que me ha encantado?

"Oí hablar" de Fred por vez primera en La Cárcel de Papel, donde se elogiaba su obra más importante: Philémon, prácticamente inédita en España. Lo cierto es que, salvo Historia del cuervo con bambas y poca cosa más, toda la obra de Fred permanece inédita o inencontrable en nuestro país. Y tras leer éste álbum, creo que no hay que pedir que la publiquen entera. Hay que exigirlo.

Por cierto: es una comparación odiosa, como todas, pero a mí me ha recordado a Quino en algunos momentos.

sábado, 22 de marzo de 2008

Saigon-Hanoi seguida de Zeke cuenta historias

Este libro de la colección Trazado de Planeta reúne dos obras de madurez del suizo Cosey: Saigon-Hanoi (1992), y Zeke cuenta historias (1999), sin más relación entre ellas que la autoría de Cosey y la importancia que tiene en ambas el sudeste asiático.

El autor tiene mucho oficio: maneja una técnica impecable en cuanto al dibujo, el color y la estructura de sus obras, y se preocupa de sacar todo el partido al medio. Así, en Saigon-Hanoi juega con las imágenes de un documental sobre la guerra de Vietnam, que el protagonista ve en la tele mientras mantiene una profunda conversación telefónica con una niña de once años. Aunque admiro sus virtudes visuales y narrativas, no conseguí empatizar con la historia (ni con la niña), y disfruté mucho más Zeke cuenta historias.

Zeke es un músico y escritor de éxito que vivió intensamente los sesenta, y que cuando estaba en la cima lo dejó todo, pareja incluida, para desaparecer en la zona de Laos y Myanmar. Años después, su madre y una joven amiga parten en su busca.

La búsqueda de Zeke, su pasado, el encuentro en una aldea remota, y la historia que Zeke representa para los nativos a través de su voz y diapositivas (palabra e imagen), convierten el cómic en un mosaico de historias perfectamente integradas, que reflexionan sobre los lenguajes narrativos y el poder de la imagen: es muy interesante ver cómo las mismas imágenes cambian de significado en función de la narración.

Puede que Cosey no consiga transmitir todo lo que pretende, que es mucho, pero el intento vale la pena y su calidad es incontestable.

lunes, 17 de marzo de 2008

Los tebeos de nuestra infancia: La escuela Bruguera (1964-1986)

Este gran libro (en todos los sentidos) de Antoni Guiral es la continuación de Cuando los cómics se llamaban tebeos: la escuela Bruguera (1945-1963), obra del mismo autor en la que abordaba el estudio de los primeros años de la editorial, su época dorada. Se toma el año 1963 como línea divisoria, entre otros factores por ser el año en que se empezó a aplicar la censura franquista a las publicaciones infantiles. Esto motivó la pérdida del espíritu crítico que los tebeos habían tenido hasta entonces, volviéndose más infantiles.

Por otra parte, Bruguera aumentó su producción saturando los quioscos de revistas, y para ello exprimía cada vez más a sus autores, buscándoles ayudantes, cuando no sustitutos (todas esas páginas apócrifas de personajes de Vázquez o Ibáñez…), lo que sin duda afectaba a la calidad: primaban la cantidad y la rapidez. El maestro Jan, uno de los más protectores con su trabajo, recuerda que cuando insistía en los colores que quería para su Pulgarcito, le decían: "el color no importa, los niños no se fijan."

Así las cosas, parece que ésta es una época de decadencia para Bruguera frente al esplendor de los años cincuenta. PERO… a pesar de todo esto, y como bien indica el título, estos tebeos son los de mi infancia, "los míos", los que devoraba de niño, y algunas de sus páginas las tengo grabadas a fuego en la memoria. Las amo.

Y no sólo eso: todos los datos negativos que he dado antes (y otros que no he dado) fueron compensados ampliamente por la enorme profesionalidad de los autores, que con una capacidad de trabajo hercúlea se afanaban por dignificar su oficio: Vázquez, Raf, Peñarroya, Schmidt, Segura… y las últimas incorporaciones: Rovira, March (genial), Rojas… ¿cuándo vamos a poder disfrutar de una selección en condiciones de las páginas de estos autores, patrimonio de nuestra cultura? A ustedes se lo digo, señores de Ediciones B.

Mientras tanto, Antoni Guiral y El Jueves han dado un paso de gigante con estos dos libros tan necesarios. 360 páginas a todo color con una excelente selección de imágenes y textos, mas un DVD con 300 páginas más. Un tesoro.

jueves, 13 de marzo de 2008

Intentando entintar

Llevo unos meses yendo a clases de dibujo de cómics, algo que siempre había querido hacer. Ahora estamos con el entintado, así que os iré colgando algún dibujo para que seais testigos de mis progresos, si los hay.

Esta página es mi primer intento y quiero dedicársela especialmente a Marcos, que se ha pasado un montón de años preocupándose por mi "carrera artística" sin ver resultados. Marcos, ya ves que sigo en ello, no desesperes, quizá algún día también aprenda a conducir (jajaja).

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lunes, 10 de marzo de 2008

Pyongyang

Hoy, día de resaca electoral, muchos nos hemos dedicado a criticar nuestra muy imperfecta democracia: el bipartidismo, lo injusto de la ley electoral… no obstante, hay pueblos que lo tienen mucho peor.

Corea del Norte es un país hermético del que se filtra muy poca información al exterior, por eso este cómic es una de las mejores fuentes de conocimiento sobre su vida cotidiana y la tiranía que soportan sus habitantes. Su autor, el canadiense Guy Delisle, es un dibujante que vivió allí durante dos meses para supervisar un proyecto de animación, y éste es su diario de viaje. Con un dibujo sencillo pero efectivo nos narra su estancia en el último bastión del estalinismo, un país en el que todo se hace para mayor gloria de su líder Kim Il-Sung, casi un dios para los norcoreanos, que viven asfixiados por una omnipresente propaganda y por el miedo a los campos de reeducación.

Delisle no necesita ser excesivamente crítico, le basta desgranar sus anécdotas y observar la situación con su mirada occidental cargada de ironía: las insignias con la cara del líder (obligatorias), las insoportables canciones patrióticas, la uniformidad del pensamiento… para que el lector se haga una idea de (en sus palabras) "hasta qué punto puede manipularse el cerebro de un individuo". Parece que hasta un punto muy alto (y no sólo en Corea del Norte).

viernes, 7 de marzo de 2008

miércoles, 5 de marzo de 2008

La pipa de Marcos

Inspirado en sus viajes por América Latina, Javier de Isusi escribe y dibuja su serie Los viajes de Juan sin Tierra, cuya primera aventura (de cuatro) nos presenta a Vasco, un aventurero descreído a lo Corto Maltés que también habla con la luna, y que llega al pueblo de La Realidad (Chiapas) en busca de un amigo al que hace años que no ve, y que presuntamente se ha unido al ejército zapatista. Vasco se instala en el pueblo, donde convive con los indígenas tojolabales, con simpatizantes del EZLN, y con jóvenes comprometidos de otros países, que como "observadores" defienden la aldea frente a la amenaza del ejército mexicano.

A través de las pesquisas de Vasco vamos conociendo a los habitantes del pueblo y sus diferentes actitudes ante la revolución zapatista, la última esperanza "romántica" de cambiar las cosas para muchos, por ejemplo para los "observadores": un italiano pacifista, un vasco "guerrillero" y una argentina enamorada del Subcomandante Marcos. Habitantes del "primer mundo" que se enfrentan a las diferencias entre lo que esperaban encontrar y La Realidad.

Es muy interesante (y divertido) el tratamiento que se hace de la figura del Subcomandante Marcos, convertido en icono moderno gracias a sus símbolos mediáticos: la gorra, el pasamontañas… y la pipa, claro.

Pero la política es sólo un telón de fondo que no impide disfrutar de un buen tebeo de aventuras, si bien para los más concienciados al final del libro se incluye un texto sobre el zapatismo, que redondea la cuidada edición de Astiberri.