Durante días y más días no nos atrevimos a detenernos en una población. Seguimos navegando río abajo. Ahora estábamos en pleno sur, el tiempo era cálido y estábamos muy lejos de casa. Empezaron a aparecer árboles cubiertos de musgo de Florida, que colgaba de las ramas como unas barbas grises. Era la primera vez que lo veía crecer y daba a los bosques un aspecto solemne y lúgubre. Y ahora los embaucadores se creyeron fuera de peligro y otra vez se pusieron a trabajar los pueblos.
Empezaron con una conferencia sobre la templanza, pero no sacaron lo bastante para emborracharse los dos.
Empezaron con una conferencia sobre la templanza, pero no sacaron lo bastante para emborracharse los dos.
Mark Twain, Las aventuras de Huckleberry Finn
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