Como a estas alturas ya veo imposible recuperar el ritmo y reseñar cada una de mis lecturas, desde ahora intentaré hacer entradas agrupando varias de ellas. En este caso reúno tres de los últimos cómics que he leído y que comparten un tema común: la autobiografía, que tanto auge tiene últimamente (¿quizá demasiado?).
-Nunca me has gustado, de Chester Brown. Ya había leído hace años El Playboy, también autobiográfico, y me había horrorizado, pero las buenas críticas de éste tebeo hicieron que le diese otra oportunidad a Brown. Me arrepiento. Aunque es más interesante como obra, la verdad es que sigue sin decirme nada la crónica de su juventud: un chico raro (¿no lo fuimos todos?), apático y confundido. Las he visto más raras y mejor contadas, la verdad.
-Fun home, de Allison Bechdel. Autobiografía en estado puro: la autora se vale de sus recuerdos, de su diario, pregunta, investiga… para hacer un repaso concienzudo de su vida, centrándose sobre todo en la relación con su padre, al que le unían principalmente dos cosas: la homosexualidad y la pasión por la lectura.
La historia va dando saltos en el tiempo, haciendo de paso referencia a sucesos históricos, como la presidencia de Nixon, o la celebración del 200 aniversario de los EE.UU., siempre desde la experiencia personal de la autora.
El dibujo está muy trabajado, parece ser que Bechdel redibujó páginas enteras hasta quedar satisfecha con el resultado. Que por cierto ha sido un éxito, se ha convertido en un best-seller leído en facultades e institutos. Supongo que esto gustará a la autora, pues ella misma se leyó en su día todos los libros del mundo sobre lesbianismo, y apuesto a que la emergente población de lesbianas ha tenido mucho que ver en la trascendencia que ha tenido su cómic. Que a mí también me ha gustado, sólo que… quizá su excesiva frialdad, casi documental, me ha dejado un poco "fuera" de la historia.
-La ascensión del gran mal, de David B. Aunque me parece genial que lo hayan reeditado en edición integral, no puedo con el nuevo título, que han copiado de la edición yanqui: Epiléptico. ¿"Epiléptico"? Pero ¿qué tenía de malo un título tan bueno como La ascensión del gran mal? ("gran mal" hace referencia a los más graves episodios de la epilepsia).
Y es que para David B. su vida ha estado marcada por la enfermedad de su hermano, al que sus padres intentaron curar por todos los medios, incluyendo a curanderos, místicos, comunas macrobióticas, espiritismo… Todo esto afectó a la ya de por sí inquieta mente del autor, que va forjando su carácter a través de la fantasía, el dibujo, los sueños…
Nos habla de la idea que tenemos de nosotros mismos y de los demás, de la armadura que nos vestimos para protegernos del mundo, de la búsqueda de respuestas, del contraste entre el mundo infantil y el adulto… Pero además la obra explora el cómic como medio, el dibujo como terapia… para mí, esta forma de narrar marca la diferencia con otras obras autobiográficas y lo convierte en una auténtica obra maestra, mientras que el Fun Home está "bien", y del primero ya ni hablo.
Para finalizar diré que las tres obras tienen en común la edad de sus autores, nacidos en torno a 1960, y lo a gusto que se habrán quedado al terminarlas, ya que se trata de auténticos psicoanálisis, nada complacientes consigo mismos y sus familias. David B. es tan sincero en su tebeo que ha llegado incluso a pelearse con sus padres a raíz de su publicación…
-Nunca me has gustado, de Chester Brown. Ya había leído hace años El Playboy, también autobiográfico, y me había horrorizado, pero las buenas críticas de éste tebeo hicieron que le diese otra oportunidad a Brown. Me arrepiento. Aunque es más interesante como obra, la verdad es que sigue sin decirme nada la crónica de su juventud: un chico raro (¿no lo fuimos todos?), apático y confundido. Las he visto más raras y mejor contadas, la verdad.
-Fun home, de Allison Bechdel. Autobiografía en estado puro: la autora se vale de sus recuerdos, de su diario, pregunta, investiga… para hacer un repaso concienzudo de su vida, centrándose sobre todo en la relación con su padre, al que le unían principalmente dos cosas: la homosexualidad y la pasión por la lectura.
La historia va dando saltos en el tiempo, haciendo de paso referencia a sucesos históricos, como la presidencia de Nixon, o la celebración del 200 aniversario de los EE.UU., siempre desde la experiencia personal de la autora.
El dibujo está muy trabajado, parece ser que Bechdel redibujó páginas enteras hasta quedar satisfecha con el resultado. Que por cierto ha sido un éxito, se ha convertido en un best-seller leído en facultades e institutos. Supongo que esto gustará a la autora, pues ella misma se leyó en su día todos los libros del mundo sobre lesbianismo, y apuesto a que la emergente población de lesbianas ha tenido mucho que ver en la trascendencia que ha tenido su cómic. Que a mí también me ha gustado, sólo que… quizá su excesiva frialdad, casi documental, me ha dejado un poco "fuera" de la historia.
-La ascensión del gran mal, de David B. Aunque me parece genial que lo hayan reeditado en edición integral, no puedo con el nuevo título, que han copiado de la edición yanqui: Epiléptico. ¿"Epiléptico"? Pero ¿qué tenía de malo un título tan bueno como La ascensión del gran mal? ("gran mal" hace referencia a los más graves episodios de la epilepsia).
Y es que para David B. su vida ha estado marcada por la enfermedad de su hermano, al que sus padres intentaron curar por todos los medios, incluyendo a curanderos, místicos, comunas macrobióticas, espiritismo… Todo esto afectó a la ya de por sí inquieta mente del autor, que va forjando su carácter a través de la fantasía, el dibujo, los sueños…
Nos habla de la idea que tenemos de nosotros mismos y de los demás, de la armadura que nos vestimos para protegernos del mundo, de la búsqueda de respuestas, del contraste entre el mundo infantil y el adulto… Pero además la obra explora el cómic como medio, el dibujo como terapia… para mí, esta forma de narrar marca la diferencia con otras obras autobiográficas y lo convierte en una auténtica obra maestra, mientras que el Fun Home está "bien", y del primero ya ni hablo.
Para finalizar diré que las tres obras tienen en común la edad de sus autores, nacidos en torno a 1960, y lo a gusto que se habrán quedado al terminarlas, ya que se trata de auténticos psicoanálisis, nada complacientes consigo mismos y sus familias. David B. es tan sincero en su tebeo que ha llegado incluso a pelearse con sus padres a raíz de su publicación…
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