He conseguido sobrevivir a un largo y caluroso verano de trabajo, y ahora me voy de merecidas (o no) vacaciones a Italia, así que ya he empezado a leer clásicos latinos, para vivirlos in situ. Pero antes tengo pendiente de reseña varios clásicos griegos, como estas dos tragedias de Eurípides:
-Ifigenia entre los tauros. Más que una tragedia, un melodrama de aventuras con mucha acción: una fuga, una peligrosa misión en territorio enemigo, y el reconocimiento entre dos hermanos separados de niños. Fue en obras como ésta donde nació el suspense.
-Ión. Otra obra basada en el reconocimiento entre dos personajes: el espectador sabe que Ión es un hijo de Creusa que fue abandonado al nacer, pero los personajes lo ignoran. Su reencuentro al cabo de los años y los equívocos que se producen son el motor de la obra.
El tono que emplea Eurípides en ambas obras es similar, menos trágico que en otras ocasiones, y con otro punto en común: los actos de los dioses, culpables de las desgracias de los personajes, ya no se muestran con resignación y reverencia, sino de forma crítica. Baste decir que en el caso de Ión el dios Apolo ni siquiera se atreve a salir al final para arreglarlo todo, sino que envía a Atenea en su lugar...
Ciao, bambini.
-Ifigenia entre los tauros. Más que una tragedia, un melodrama de aventuras con mucha acción: una fuga, una peligrosa misión en territorio enemigo, y el reconocimiento entre dos hermanos separados de niños. Fue en obras como ésta donde nació el suspense.
-Ión. Otra obra basada en el reconocimiento entre dos personajes: el espectador sabe que Ión es un hijo de Creusa que fue abandonado al nacer, pero los personajes lo ignoran. Su reencuentro al cabo de los años y los equívocos que se producen son el motor de la obra.
El tono que emplea Eurípides en ambas obras es similar, menos trágico que en otras ocasiones, y con otro punto en común: los actos de los dioses, culpables de las desgracias de los personajes, ya no se muestran con resignación y reverencia, sino de forma crítica. Baste decir que en el caso de Ión el dios Apolo ni siquiera se atreve a salir al final para arreglarlo todo, sino que envía a Atenea en su lugar...
Ciao, bambini.
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