miércoles, 11 de noviembre de 2009

Las avispas / Las nubes

Si Eurípides, como vimos en entradas anteriores, representa un tipo de autor innovador, preocupado por evolucionar y hacer evolucionar a sus espectadores, en Aristófanes nos encontramos con un comediógrafo conservador que se burla de los nuevos modos de filosofar y dramatizar: de Sócrates, o del propio Eurípides…

Al contrario que en la tragedia, los protagonistas de las comedias son gente de la calle, y esto es genial porque nos acerca mucho más a la vida cotidiana de la Atenas de aquel tiempo, una ciudad de 20.000 habitantes en la que todos debían conocerse. Los autores de comedias aprovechaban para satirizar las costumbres de sus vecinos, y aunque Aristófanes critica a los comediógrafos anteriores por su humor grueso o por "tirar caramelos al público para ponérselo de su parte", los gustos de ese público no han cambiado mucho (siguen sin hacerlo) y también en estas comedias más sofisticadas podemos encontrar burlas a personajes conocidos de la polis, acusaciones de homosexualidad, de cobardía, adulterio… (por cierto, uno de los castigos para los adúlteros era introducirles un nabo por el culo… si, en serio).

-Las avispas. Critica la obsesión de los atenienses por meterse en pleitos. Los protagonistas son el viejo Filocleón y su hijo Bdelicleón, quien para conseguir alejar a su padre de la afición a los juicios le monta un juzgado en casa, que el viejo estrena juzgando a un perro. Así consigue que Filocleón se preocupe de otras cosas, y salga a divertirse a un simposio. Pero allí se emborracha, monta un escándalo y acaban por denunciarlo, pasando así de acusador a acusado.

-Las nubes. De nuevo un padre y un hijo enfrentados (el enfrentamiento entre los viejos y los nuevos valores parece un tema muy habitual, también presente en Las Bacantes de Eurípides). Ambos acuden a estudiar a la escuela de Sócrates, donde pueden aprender el Argumento justo y el injusto, que les permitirá ganar todos los juicios. Sócrates es representado como un vulgar sofista corruptor de la juventud y desdeñador de los dioses (recordemos que esa opinión sobre él causó su muerte), que apoyándose en su cháchara puede rebatir cualquier razón. Sus seguidores son jóvenes pálidos y con melena, como se diría actualmente: "unos jipis".


1 comentario:

Katrina Van Dassos dijo...

Ostia, totalmente de acuerdo con el de arriba.
Y añadiría que... ¡qué grandes los griegos y sus temas atemporales!
me ha molao lo de los jipis, jajaja.

Un bico.

PD:sus echaba de menos :)