Francis Carco era conocido como cantante y escritor en los ambientes bohemios del París de principios del siglo XX, donde había escandalizado con sus descripciones de la vida canalla. En 1928 viajó a España para dar una visión del país distinta a la clásica de otros viajeros anteriores como Gautier o Barrès. Muchas veces Carco escribe a la contra de esos ilustres predecesores, y a la vez se lamenta de que ya no exista la España pintoresca de otros tiempos, a pesar de que en su viaje se encuentra toreros, bailaoras gitanas, la típica dejadez hispana en el cuidado de monumentos, o pícaros que empiezan a aprovecharse de un turismo creciente (estaba muy cerca la Exposición Universal de Sevilla del 29), ¿y aún le pareció poco pintoresco?
De cualquier modo, la auténtica visión novedosa del país la encontramos en el recorrido por los barrios bajos de Cádiz, Sevilla, Barcelona… se nota que es la especialidad del autor. Carco se aventura por los ambientes más arrabaleros, dejándose guiar a veces por extraños cicerones, y se topa con un país de contrastes, en el que no es raro ver una imagen de la Virgen en un prostíbulo, o comprobar que la homosexualidad es tolerada, siempre que esté bien escondida para guardar las apariencias.
Como veis, el tema es muy interesante, y aunque la forma de narrar de Carco se me hizo pesada en varias partes del libro, vale la pena leerlo y asomarse a la España de esa época, un país pobre pero con futuro y buen humor, algo que también perderíamos pocos años después con la guerra.