lunes, 29 de septiembre de 2008

Las extraordinarias aventuras de Adèle Blanc-Sec

He pasado parte de mis accidentadas vacaciones en París, y una de las razones para visitar esa ciudad era poder releer estos tebeos a la vuelta, ya que están espléndidamente ambientados en el París de principios del siglo XX (de 1911 a 1922). Se ve que a Jacques Tardi le fascina esa época en torno a la primera Guerra Mundial, y a mí también.

Comencé la relectura por El demonio de los hielos (1974), un homenaje a las historias de Julio Verne situado a finales del siglo XIX, cuyos personajes volverán a aparecer en las aventuras de Adèle, aunque sólo de refilón.

Tras aquél, empecé con las aventuras de Adèle Blanc-Sec propiamente dichas: Adèle y la bestia (1976), El demonio de la torre Eiffel (1976), El sabio loco (1977) y Momias enloquecidas (1979). Al llegar aquí intercalé otro álbum que no pertenece a la serie, pero éste si que está íntimamente relacionado: Adios Brindavoine (1976), que se acompaña de otra historia breve, La flor en el fusil. Brindavoine es un personaje que tomará mucha importancia en los próximos números de Adèle, robándole el protagonismo en algún caso, como en el siguiente álbum, quizá mi favorito: El secreto de la salamandra (1980). Luego vendrían El ahogado de dos cabezas (1985), Todos monstruos (1994, nótese el largo intervalo entre el anterior y éste) y El misterio de las profundidades (1998), el último publicado en España hasta hoy.

Adèle es una joven huraña escritora de folletines (basados en sus propias aventuras) que tiene la virtud de aparecer en los sitios más inoportunos en el momento menos adecuado. Así, se enfrenta a científicos locos, sectas delirantes o momias enloquecidas. Pero el auténtico enemigo suele ser la estupidez humana, sobre todo cuando ésta alcanza algún grado de poder. Tardi no se corta a la hora de pintarnos un panorama desolador de policías imbéciles, patriotas sin cerebro, soldados aborregados o editores sin escrúpulos... ¡Todos monstruos!

Casualmente, hace poco que desde Entrecomics enlazaron este blog francés, en el que podéis encontrar un calendario del año 1984 ilustrado exquisitamente por Tardi.


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