Este gran libro (en todos los sentidos) de Antoni Guiral es la continuación de Cuando los cómics se llamaban tebeos: la escuela Bruguera (1945-1963), obra del mismo autor en la que abordaba el estudio de los primeros años de la editorial, su época dorada. Se toma el año 1963 como línea divisoria, entre otros factores por ser el año en que se empezó a aplicar la censura franquista a las publicaciones infantiles. Esto motivó la pérdida del espíritu crítico que los tebeos habían tenido hasta entonces, volviéndose más infantiles.
Por otra parte, Bruguera aumentó su producción saturando los quioscos de revistas, y para ello exprimía cada vez más a sus autores, buscándoles ayudantes, cuando no sustitutos (todas esas páginas apócrifas de personajes de Vázquez o Ibáñez…), lo que sin duda afectaba a la calidad: primaban la cantidad y la rapidez. El maestro Jan, uno de los más protectores con su trabajo, recuerda que cuando insistía en los colores que quería para su Pulgarcito, le decían: "el color no importa, los niños no se fijan."
Así las cosas, parece que ésta es una época de decadencia para Bruguera frente al esplendor de los años cincuenta. PERO… a pesar de todo esto, y como bien indica el título, estos tebeos son los de mi infancia, "los míos", los que devoraba de niño, y algunas de sus páginas las tengo grabadas a fuego en la memoria. Las amo.
Por otra parte, Bruguera aumentó su producción saturando los quioscos de revistas, y para ello exprimía cada vez más a sus autores, buscándoles ayudantes, cuando no sustitutos (todas esas páginas apócrifas de personajes de Vázquez o Ibáñez…), lo que sin duda afectaba a la calidad: primaban la cantidad y la rapidez. El maestro Jan, uno de los más protectores con su trabajo, recuerda que cuando insistía en los colores que quería para su Pulgarcito, le decían: "el color no importa, los niños no se fijan."
Así las cosas, parece que ésta es una época de decadencia para Bruguera frente al esplendor de los años cincuenta. PERO… a pesar de todo esto, y como bien indica el título, estos tebeos son los de mi infancia, "los míos", los que devoraba de niño, y algunas de sus páginas las tengo grabadas a fuego en la memoria. Las amo.
Y no sólo eso: todos los datos negativos que he dado antes (y otros que no he dado) fueron compensados ampliamente por la enorme profesionalidad de los autores, que con una capacidad de trabajo hercúlea se afanaban por dignificar su oficio: Vázquez, Raf, Peñarroya, Schmidt, Segura… y las últimas incorporaciones: Rovira, March (genial), Rojas… ¿cuándo vamos a poder disfrutar de una selección en condiciones de las páginas de estos autores, patrimonio de nuestra cultura? A ustedes se lo digo, señores de Ediciones B.
Mientras tanto, Antoni Guiral y El Jueves han dado un paso de gigante con estos dos libros tan necesarios. 360 páginas a todo color con una excelente selección de imágenes y textos, mas un DVD con 300 páginas más. Un tesoro.
Mientras tanto, Antoni Guiral y El Jueves han dado un paso de gigante con estos dos libros tan necesarios. 360 páginas a todo color con una excelente selección de imágenes y textos, mas un DVD con 300 páginas más. Un tesoro.
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