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eXistenZ (1999), de David Cronenberg, abunda en estas posibilidades, y apuesta por grupos de personas jugando a la vez mediante una especie de consola tecnoorgánica llamada vaina, que se conecta al cuerpo a través de unos implantes que los jugadores se agujerean en la columna: los biopuertos. Una vez dentro de eXistenZ (o viceversa), cada jugador asume un personaje que le empuja en la acción del juego, una trama de aventuras en la que el propio juego está involucrado.
Pero también hay grupos “realistas” que se oponen a los juegos génicos, y que atentan contra Allegra Geller (Jennifer Jason-Leigh), la creadora de eXistenZ. Ésta debe huir ayudada por un ejecutivo inexperto llamado Ted Pikul (Jude Law). Esta parte del argumento está basada en la fatwa contra Salman Rushdie, ya que la idea para la película parte de una entrevista que Cronenberg le hizo al escritor inglés.
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Partiendo de esas premisas, el director se recrea en sus tics habituales: la fusión entre el hombre y la máquina, lo orgánico y lo artificial, la relación del creador con su creación, el sexo (por ejemplo: las vainas se manejan con unos mandos que recuerdan mucho a pezones)… logrando una atmósfera inquietante y turbadora (marca de la casa de este autor), en la que realidad y ficción se entrelazan constantemente.
Como curiosidad, en este enlace, además de una sinopsis incluyen un glosario con todos los términos “técnicos” que se usan en la película.
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