Bardín se mueve como pez en el agua entre la Realidad y la Superrealidad , un extraño mundo en el que abundan los faros, las caracolas y otros delirantes seres.
Aunque hasta ahora no había conseguido conectar con sus mundos y su particular humor, Max es un autor en permanente búsqueda de nuevos caminos para su arte, lo cual siempre es de agradecer. En este Hechos, dichos, ocurrencias y andanzas de Bardín el Superrealista, cada página es visualmente impecable, y el álbum se convierte en un objeto artístico en si mismo, ayudado por la excelente edición deLa Cúpula , que emplea una novedosa técnica de tramado, la “trama estocástica de alta definición”, que es como: “no se ven los puntitos” (¿será inminente su desaparición? se echarán de menos…).
Las historias que se incluyen son muy variadas, en duración y contenido, y abarcan páginas que se han ido publicando (o no) desde 1997, algunas coloreadas para la ocasión. Las aventuras de Bardín son de humor metafísico-social (si, ya sé, pero me gusta ponerle etiquetitas a todo, qué le voy a hacer), y por todas partes abundan los guiños a la cultura popular (el icono Mickey, los tebeos de Bruguera) interactuando con guiños a la alta cultura (si es que son válidas esas divisiones): Buñuel, Cirlot, otras que se me habrán escapado, y mi favorita: cómo se aprovecha Max del cuadro La pesadilla, de Füssli:
Digresión: recomiendo leer, a propósito de pesadillas y del mencionado cuadro, la conferencia de Borges del mismo título y publicada en Siete noches (Alianza), todo el libro es una delicia; fin de la digresión.
Porque la psicología y el mundo onírico son también parte importante de Bardín, sobre todo en la espectacular El ruido y la furia, que cierra el álbum y…
Vale, no os vais a creer lo que me ha pasado… estaba escribiendo en el ordenador esto que estáis leyendo, de pronto he girado la vista a mi derecha, y he visto esto:
Aunque hasta ahora no había conseguido conectar con sus mundos y su particular humor, Max es un autor en permanente búsqueda de nuevos caminos para su arte, lo cual siempre es de agradecer. En este Hechos, dichos, ocurrencias y andanzas de Bardín el Superrealista, cada página es visualmente impecable, y el álbum se convierte en un objeto artístico en si mismo, ayudado por la excelente edición de
Las historias que se incluyen son muy variadas, en duración y contenido, y abarcan páginas que se han ido publicando (o no) desde 1997, algunas coloreadas para la ocasión. Las aventuras de Bardín son de humor metafísico-social (si, ya sé, pero me gusta ponerle etiquetitas a todo, qué le voy a hacer), y por todas partes abundan los guiños a la cultura popular (el icono Mickey, los tebeos de Bruguera) interactuando con guiños a la alta cultura (si es que son válidas esas divisiones): Buñuel, Cirlot, otras que se me habrán escapado, y mi favorita: cómo se aprovecha Max del cuadro La pesadilla, de Füssli:
Digresión: recomiendo leer, a propósito de pesadillas y del mencionado cuadro, la conferencia de Borges del mismo título y publicada en Siete noches (Alianza), todo el libro es una delicia; fin de la digresión.
Porque la psicología y el mundo onírico son también parte importante de Bardín, sobre todo en la espectacular El ruido y la furia, que cierra el álbum y…
Vale, no os vais a creer lo que me ha pasado… estaba escribiendo en el ordenador esto que estáis leyendo, de pronto he girado la vista a mi derecha, y he visto esto:
¡¡Llevo dos años viviendo en
2 comentarios:
tio eso de alucinar con las cortinas está bien,siempre y cuando te hayas tomado algún tipo de sustancia antes,de todas formas,que te lo miren eh?y no te olvides del programa DROP,da galega,tu amigo el trasno.
Pues no quieras saber lo que veo cuando consumo esas sustancias... Tú también has debido tomar algo, porque con lo de DROP me has leído la mente: tengo pendiente escribir algo sobre ese y otros programas parecidos como "A mellor TV do mundo"... atento a tu pantalla, Trasno.
Saludiños...
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