martes, 18 de diciembre de 2007

Palestina

Pues nada, que entre éste Palestina, el Persépolis y El Fotógrafo, me estoy convirtiendo en un “experto” en temas musulmanes. Y cuanto más sé, más me reafirmo en mi desdén hacia todas las formas de religión que no consistan en una relación individual con el dios que sea, sin molestar ni tratar de convencer al prójimo. Y qué lejos estamos de eso, Diosa mía…

En fin, en el caso de Palestina, Joe Sacco ilustra su estancia de dos meses en la franja de Gaza a finales de 1991. Es una crónica fiel de esos meses, que Sacco dedicó a recorrer la zona haciendo entrevistas (y tomando un té tras otro) que le dieran a su cómic una visión profunda del conflicto. En un exhaustivo trabajo periodístico, busca viejos que recuerden la ocupación de 1948, adultos que hayan pasado por la cárcel (el 99%), o jóvenes que pertenezcan a grupos de liberación.

Su dibujo detallista (impresionante) da cuenta de las caras, los paisajes, y fundamentalmente la rabia y la impotencia que sienten los palestinos, pero también, aunque tangencialmente, el recelo de los israelíes y su postura. El guión de Sacco sólo muestra lo que ha visto, y lo que sintió al verlo. Las voces que interpretan la situación, sin filtros, son las de los palestinos a los que entrevista, y únicamente en el prólogo el autor dice que el conflicto no tendrá fin hasta que la ocupación israelí se trate como un tema de ley internacional y de derechos humanos básicos. Duele pensar lo poco que ha cambiado la situación en los más de quince años que han pasado desde entonces.

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