jueves, 12 de abril de 2007

2666

Para hablar de Roberto Bolaño (1953-2003) tengo que hacer un ejercicio de contención, ya que no pararía de derramar elogios hacia este autor. Cada página suya que he leído me ha cautivado, y no he debido ser al único, si buscáis información sobre él o sus libros encontraréis cientos de sitios y reseñas sobre el chileno. Ha supuesto una revolución (muy necesaria) en el panorama literario hispánico, y como dijo su amigo Vila-Matas, "su escritura es el sendero por el que han de transitar las generaciones venideras de escritores en español".

¿Por qué esa fascinación por Bolaño? ¿Por qué cada vez más lectores decimos que es el mejor escritor que ha dado este idioma en muchas décadas? Quizá por esa prosa tan directa, a veces brutal, pero hermosa, que parece escrita desde las entrañas. Quizá porque ha conseguido fusionar con éxito las dos escuelas bonaerenses, Arlt y Borges, la furia del primero con la erudición del segundo, pero no es sólo eso, su literatura bebe de influencias tan dispares en el espacio y en el tiempo, incluyendo su propia biografía, que ha cristalizado en una voz única y universal.

2666 fue su libro póstumo, trabajó en él hasta su muerte, algo que quizá se nota hacia el final, en que la escritura se hace más apresurada, sin perder calidad pero más "urgente", uno no puede dejar de imaginarse a Bolaño apresurándose, esforzándose por pulir esta joya que había de ser su legado y "el pan de sus hijos".

Es difícil hacer un resumen de la novela, o novelas, porque se trata de cinco partes "casi" independientes que a su vez contienen otras novelas más pequeñas. La intención de Bolaño era publicar la obra en cinco libros, de aparición anual, pero este deseo no se cumplió por decisión (creo que acertada) de sus editores y herederos. Lo que da cohesión a las cinco partes es Santa Teresa, una ciudad fronteriza mexicana imaginaria, del estado de Sonora, en la que cientos de mujeres jóvenes llevan años siendo asesinadas. Esta ciudad y estos crímenes son el reflejo apenas disfrazado de una ciudad y unos crímenes reales: los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez.

En Santa Teresa se pierde el rastro de un misterioso escritor, Benno von Archimboldi. Un pequeño grupo de críticos germanistas (francés, español, italiano e inglesa) apasionados por la obra de Archimboldi, viajan a México para buscarle, mientras las relaciones entre ellos se van tornando más íntimas. Los cuatro críticos archimboldianos son los protagonistas de la primera parte, La Parte de los Críticos.

En la segunda parte el protagonista es Amalfitano, un profesor chileno que da clases de filosofía en la Universidad de Barcelona hasta que se muda a Santa Teresa con su hija adolescente, Rosa.

La Parte
de Fate es la tercera parte. Fate es un periodista norteamericano, un negro que escribe en una revista para negros, que viaja a Santa Teresa para cubrir un combate de boxeo, y junto a Rosa, la hija de Amalfitano, se involucra con gente relacionada con los crímenes.

La cuarte parte es La Parte de los Crímenes. Mes a mes, durante varios años, van apareciendo niñas y mujeres asesinadas, ante la mirada de unos policías impotentes y corruptos. Bolaño detalla cual crónica de sucesos los entresijos de cada crimen en una letanía que parece interminable.

La quinta y última parte es La Parte de Archimboldi, en la que por fin conocemos al gran escritor alemán, haciendo un recorrido por su vida, especialmente su época de soldado en la Segunda Guerra Mundial.

Por supuesto, esto es sólo la punta del iceberg, 2666 trata de muchas otras cosas, entre ellas de algo tan olvidado como la lucha de clases, con un “lucha” mayúsculo y en ambas direcciones (esa escena del taxista en la primera parte), de la vida de los ricos y de la vida de los pobres, y de la vida a secas. Por medio hay asesinatos, viajes, amor, sexo, paisajes del desierto de Sonora, corrupción, violencia, mezcal Los Suicidas y literatura, mucha literatura.

Vamos, que hay que leerlo. No obstante, si no conocéis a Bolaño y os impresionan las mil y pico páginas de 2666, podéis empezar por alguno de sus libros de relatos: Llamadas Telefónicas, Putas Asesinas o El Gaucho Insufrible. Ojo, que engancha.


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