La nave de carga Nomad es atacada, y Gulliver Foyle, un anodino mecánico de segunda, es el único superviviente. Flota en el vacío con los restos de la nave durante meses, sin esperanzas y al límite de la locura, hasta que divisa a lo lejos una nave terráquea que puede ser su salvación. Pero a pesar de haberle visto, la nave Vorga pasa de largo, y convierte al vulgar Foyle en un moderno conde de Montecristo, que ya sólo vivirá por y para la venganza, valiéndose de todos los medios a su alcance para lograrla.
Hacía años que quería leer este libro de Alfred Bester, todo un clásico de la ciencia ficción, y no me ha defraudado. Conocida también con el título ¡Tigre, tigre!, la novela engancha desde el primer párrafo con un ritmo trepidante y muy cinematográfico (Bester también escribió cómics y seriales radiofónicos). La acción avanza sin tregua haciendo gala de una imaginación desbordante: telepatía, teleportación, mutaciones, guerras interestelares… recursos ya trillados en su época (fue publicada en 1956), pero que aquí aparecen renovados y consiguen sorprender una vez más. Sus valores literarios son discretos, pero suficientes, y se compensan con su voluntad de innovar y el encanto pulp que posee. Una obra amenísima y muy recomendable.
Hacía años que quería leer este libro de Alfred Bester, todo un clásico de la ciencia ficción, y no me ha defraudado. Conocida también con el título ¡Tigre, tigre!, la novela engancha desde el primer párrafo con un ritmo trepidante y muy cinematográfico (Bester también escribió cómics y seriales radiofónicos). La acción avanza sin tregua haciendo gala de una imaginación desbordante: telepatía, teleportación, mutaciones, guerras interestelares… recursos ya trillados en su época (fue publicada en 1956), pero que aquí aparecen renovados y consiguen sorprender una vez más. Sus valores literarios son discretos, pero suficientes, y se compensan con su voluntad de innovar y el encanto pulp que posee. Una obra amenísima y muy recomendable.
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