martes, 22 de diciembre de 2009

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Génesis

Robert Crumb es el más grande, como ya se ha visto por aquí en varias ocasiones. Siempre huyendo de cualquier etiqueta, ahora vuelve a desconcertar a todo el mundo ilustrando el primer libro de la Biblia con su característico y extraordinario dibujo, lleno de fuerza y más realista que nunca, ya que el texto se respeta palabra por palabra, y Crumb se limita a ilustrar los "no-tan-bien-conocidos" episodios de Adán y Eva, Caín y Abel, Noé, la torre de Babel... historias universales que están en la raíz de nuestra cultura, para bien o para mal.

Precisamente la enorme importancia que aún tiene este libro es lo que ha impulsado a Crumb a emprender esta tarea titánica (ya ha dicho que no piensa continuarla con otros libros bíblicos, pero ojalá otros autores se animasen). Y es que es increíble el hecho de que unas leyendas mesopotámicas de hace tantos siglos hayan originado tanta fe, tanto fanatismo, tantas monjas, monjes, rabinos, catedrales y mezquitas... y no me extiendo en criticar las religiones, que me pierdo...

Son muy interesantes los apéndices, en los que Crumb explica las decisiones que tomó a la hora de abordar el trabajo, así como algunas teorías en las que se apoyó: el papel de la mujer, por ejemplo, parece ser el reflejo de la situación religiosa de la época, en la cual la religión "femenina" daba paso a la hegemonía masculina que aún hoy perdura. Esta interesante teoría la vimos también en Los mitos griegos.

Me ha venido muy bien esta lectura, ahora que estoy con literatura antigua. Además, como complemento, el otro día en la feria del libro antiguo me hice con el Gilgamesh (en la maravillosa edición de la Biblioteca Personal de Borges, todo un hallazgo), que, como sabéis, comparte mitos con la Biblia.

lunes, 23 de noviembre de 2009

El banquete


Como el Fedón, El banquete es una de las últimas obras escritas por Platón, seguramente la más popular de las suyas y una obra maestra indiscutible.

En forma dialogada, como era habitual en él, Platón narra un simposio en el que participan destacados ciudadanos de Atenas: entre otros, los dramaturgos Agatón y Aristófanes, el médico Erixímaco, el sofista Pausanias y por supuesto el filósofo Sócrates, que se turnan para elogiar a Eros (el subtítulo de la obra es "Sobre el amor"), pues lo consideran un dios muy importante del que se habla poco.

De entre las teorías expuestas, las más interesantes son las de Aristófanes y Sócrates: el primero enuncia la teoría de los andróginos, según la cual antiguamente había hombres, mujeres y una tercera raza de hermafroditas. Los dioses castigaron a estos últimos separando sus sexos, dando lugar a los heterosexuales, que buscan su mitad perdida. Los descendientes de hombres y mujeres "puros" sólo se sienten atraídos por su mismo sexo.

Cuando llega el turno de Sócrates, afirma que todo lo que sabe sobre el amor lo aprendió de una tal Diotima de Mantinea, una misteriosa mujer sobre la que no existen más referencias. Niega la divinidad del amor, al que considera un daimon artero y manipulador, y enseña a Sócrates la diferencia entre el amor físico y el espiritual (el que alumbra ideas y pensamientos, lo que hoy llamaríamos "amor platónico").

Algo que me ha parecido interesante es que, si Diotima educó a Sócrates, y al parecer Aspasia educó a Pericles, tendríamos que dos mujeres han instruido al más importante filósofo y al más importante político de la época.

Entre todas estas disquisiciones filosóficas se intercalan conversaciones desenfadadas entre los participantes, y anécdotas que dotan de vida al relato: el acuerdo para rebajar el vino con agua y no "ponerse" demasiado, pues la mayoría habían salido la noche anterior; Erixímaco dando una cura para el hipo; la llegada de Alcibíades, borracho y cariñosamente celoso de Sócrates… hacen el diálogo mucho más accesible y ameno.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Las avispas / Las nubes

Si Eurípides, como vimos en entradas anteriores, representa un tipo de autor innovador, preocupado por evolucionar y hacer evolucionar a sus espectadores, en Aristófanes nos encontramos con un comediógrafo conservador que se burla de los nuevos modos de filosofar y dramatizar: de Sócrates, o del propio Eurípides…

Al contrario que en la tragedia, los protagonistas de las comedias son gente de la calle, y esto es genial porque nos acerca mucho más a la vida cotidiana de la Atenas de aquel tiempo, una ciudad de 20.000 habitantes en la que todos debían conocerse. Los autores de comedias aprovechaban para satirizar las costumbres de sus vecinos, y aunque Aristófanes critica a los comediógrafos anteriores por su humor grueso o por "tirar caramelos al público para ponérselo de su parte", los gustos de ese público no han cambiado mucho (siguen sin hacerlo) y también en estas comedias más sofisticadas podemos encontrar burlas a personajes conocidos de la polis, acusaciones de homosexualidad, de cobardía, adulterio… (por cierto, uno de los castigos para los adúlteros era introducirles un nabo por el culo… si, en serio).

-Las avispas. Critica la obsesión de los atenienses por meterse en pleitos. Los protagonistas son el viejo Filocleón y su hijo Bdelicleón, quien para conseguir alejar a su padre de la afición a los juicios le monta un juzgado en casa, que el viejo estrena juzgando a un perro. Así consigue que Filocleón se preocupe de otras cosas, y salga a divertirse a un simposio. Pero allí se emborracha, monta un escándalo y acaban por denunciarlo, pasando así de acusador a acusado.

-Las nubes. De nuevo un padre y un hijo enfrentados (el enfrentamiento entre los viejos y los nuevos valores parece un tema muy habitual, también presente en Las Bacantes de Eurípides). Ambos acuden a estudiar a la escuela de Sócrates, donde pueden aprender el Argumento justo y el injusto, que les permitirá ganar todos los juicios. Sócrates es representado como un vulgar sofista corruptor de la juventud y desdeñador de los dioses (recordemos que esa opinión sobre él causó su muerte), que apoyándose en su cháchara puede rebatir cualquier razón. Sus seguidores son jóvenes pálidos y con melena, como se diría actualmente: "unos jipis".


miércoles, 28 de octubre de 2009

TUHUMOR #2

Sabíamos que no iba a ser fácil... y desde luego, no lo ha sido. Pero al fin lo hemos logrado: con todos ustedes, el número 2 del fanzine TUHUMOR.


Y aquí, mi contribución a este número:

viernes, 9 de octubre de 2009

Orestes / Las bacantes

Otras dos obras de Eurípides, escritas en su madurez, en las que se pone de manifiesto no sólo su dominio técnico, sino también la sofisticación que el público de la época había alcanzado: obras con abundancia de personajes, mucha acción e historias entremezcladas.

-Orestes. Nueva incursión de Eurípides en el mito de los Atridas, una familia desgraciada donde las haya. En esta ocasión Orestes y su hermana Electra esperan el juicio de la ciudad de Argos, que podría condenarles a muerte por su crimen. Pero en lugar de resignarse, deciden "morir matando". Estos mismos personajes, que en manos de Esquilo y Sófocles tenían una gran talla moral, aquí no son más que humanos débiles, egoístas y cobardes, según los casos (y exceptuando al bueno de Pílades).

-Las Bacantes. Enfadado porque se niegue su divinidad en Tebas, el dios Dioniso castiga a la ciudad enloqueciendo a sus mujeres, que se echan al monte presas de un frenesí báquico. Dioniso juega literalmente con los mortales, sobre todo con Penteo, con quien se ensaña de lo lindo.

Esta es la única muestra que conservamos de drama dionisíaco, una variedad primitiva de tragedia. Y de todas las obras griegas que he leído, ésta ha sido la que más me ha sorprendido: su particular humor, su crudeza, el personaje del dios con su turbadora sonrisa… provocan extrañeza, y la sensación de que se nos escapa mucho del pensamiento y las costumbres de esta gente. Y la verdad, es algo mágico.


jueves, 24 de septiembre de 2009

sábado, 5 de septiembre de 2009

Ifigenia entre los tauros / Ión


He conseguido sobrevivir a un largo y caluroso verano de trabajo, y ahora me voy de merecidas (o no) vacaciones a Italia, así que ya he empezado a leer clásicos latinos, para vivirlos in situ. Pero antes tengo pendiente de reseña varios clásicos griegos, como estas dos tragedias de Eurípides:

-Ifigenia entre los tauros. Más que una tragedia, un melodrama de aventuras con mucha acción: una fuga, una peligrosa misión en territorio enemigo, y el reconocimiento entre dos hermanos separados de niños. Fue en obras como ésta donde nació el suspense.

-Ión. Otra obra basada en el reconocimiento entre dos personajes: el espectador sabe que Ión es un hijo de Creusa que fue abandonado al nacer, pero los personajes lo ignoran. Su reencuentro al cabo de los años y los equívocos que se producen son el motor de la obra.

El tono que emplea Eurípides en ambas obras es similar, menos trágico que en otras ocasiones, y con otro punto en común: los actos de los dioses, culpables de las desgracias de los personajes, ya no se muestran con resignación y reverencia, sino de forma crítica. Baste decir que en el caso de Ión el dios Apolo ni siquiera se atreve a salir al final para arreglarlo todo, sino que envía a Atenea en su lugar...

Ciao, bambini.

jueves, 27 de agosto de 2009

Realismo visceral


Según él, los actuales real visceralistas caminaban hacia atrás. ¿Cómo hacia atrás?, pregunté.

-De espaldas, mirando un punto pero alejándonos de él, en línea recta hacia lo desconocido.

Dije que me parecía perfecto caminar de esa manera, aunque en realidad no entendí nada. Bien pensado, es la peor forma de caminar.

Roberto Bolaño, Los detectives salvajes

Los detectives salvajes

Y como guinda a las últimas entradas sobre autobiografías, toca hablar de uno de los libros que más me marcó en su momento: Los detectives salvajes, del gran Roberto Bolaño. Me gustó tanto la primera vez que le tenía miedo a esta relectura, por si me decepcionaba, pero no ha sido así.

Lo de autobiografía es un decir, la etiqueta le va estrechísima: aquí tenemos muchos personajes narrando en primera persona, historias dentro de historias, metaliteratura, viajes, humor, drama, reflexión… y también, aunque disfrazada, la vida del autor y sus amigos de juventud, los poetas infrarrealistas (en el libro "real visceralistas"). Nunca sabremos cuánto hay de verdad y cuánto de ficción en lo narrado, en una entrevista Bolaño contaba que toda su obra está llena de referencias privadas y guiños a sí mismo, lo bueno es que consiga hacérnoslo interesante a nosotros mediante su hipnotizante forma de narrar, que a mí al menos consigue hacerme interesante cualquier cosa de la que escriba.

Lo más llamativo del libro son la multitud de voces narrativas que forman la segunda parte (dos tercios) de la novela, y que como ya comenté por aquí, Bolaño compara con el río Mississippi de Las aventuras de Huckleberry Finn. Mediante estas voces, tan diferentes, el escritor repasa sus vivencias desde el punto de vista de los demás: amigos, novias, editores… a lo largo de veinte años (1976-1996) en los que amores surgen y se rompen, la amistad se enfría, se afrontan peligros, los sueños se van perdiendo (o sustituyendo)… la vida, en fin, de unos personajes en permanente estado de búsqueda, marcados por su pertenencia a la generación de latinoamericanos nacidos en los 50, muy politizada pero también muy poetizada: todos los personajes están envenenados por la literatura, la viven intensamente y ésta es una de las cosas que más me gustan de la novela, hasta el punto que después de leerla empecé yo mismo a leer poesía. Y a disfrutarla.

jueves, 13 de agosto de 2009

El mundo

Sigo con más historias autobiográficas. A pesar de lo mucho que se moja opinando en prensa y radio, Juan José Millás es un autor ampliamente respetado, algo meritorio en un país como éste.

Consigue escribir libros comerciales (éste se llevó el Planeta) con una prosa accesible, pero su sencillez es sólo aparente. Sobre todo en lo que toca a la psicología de sus personajes, en sus textos se adivina una cierta querencia por el psicoanálisis y en este libro lo demuestra, pero afortunadamente no es un escritor "psicológico" al uso, su prosa logra convertir al lector en cómplice a través del humor y la ironía, que barniza hasta los sucesos más deprimentes.

El mundo del título es la calle de su infancia en Madrid, de la que siempre trató de huir y ahora recuerda con nostalgia. Se detiene en algunos episodios de su vida, convirtiéndolos hábilmente en literatura: su gran amigo de la infancia, su amor más o menos platónico, sus neuras de madurez… fijándose en cómo todas las cosas adquieren una nueva perspectiva con el paso del tiempo, por ejemplo la relación con su padre.

Algunas de estas vivencias ya las había empleado en otras obras, y así nos lo hace saber, enseñando su "cocina" de escritor y su evolución desde la infancia, cuando se dio cuenta de la especial relación que lo une a las palabras, que maneja como manejaba su padre el bisturí eléctrico: "cauterizando la herida en el momento mismo de producirla".

martes, 11 de agosto de 2009

Zoom

Hace unos años me ofrecieron diseñar unos carteles para un local. Al final no se hicieron los carteles, pero al menos me invitaron a alguna copa.

viernes, 31 de julio de 2009

Nunca me has gustado / Fun home / La ascensión del gran mal

Como a estas alturas ya veo imposible recuperar el ritmo y reseñar cada una de mis lecturas, desde ahora intentaré hacer entradas agrupando varias de ellas. En este caso reúno tres de los últimos cómics que he leído y que comparten un tema común: la autobiografía, que tanto auge tiene últimamente (¿quizá demasiado?).

-Nunca me has gustado, de Chester Brown. Ya había leído hace años El Playboy, también autobiográfico, y me había horrorizado, pero las buenas críticas de éste tebeo hicieron que le diese otra oportunidad a Brown. Me arrepiento. Aunque es más interesante como obra, la verdad es que sigue sin decirme nada la crónica de su juventud: un chico raro (¿no lo fuimos todos?), apático y confundido. Las he visto más raras y mejor contadas, la verdad.

-Fun home, de Allison Bechdel. Autobiografía en estado puro: la autora se vale de sus recuerdos, de su diario, pregunta, investiga… para hacer un repaso concienzudo de su vida, centrándose sobre todo en la relación con su padre, al que le unían principalmente dos cosas: la homosexualidad y la pasión por la lectura.

La historia va dando saltos en el tiempo, haciendo de paso referencia a sucesos históricos, como la presidencia de Nixon, o la celebración del 200 aniversario de los EE.UU., siempre desde la experiencia personal de la autora.

El dibujo está muy trabajado, parece ser que Bechdel redibujó páginas enteras hasta quedar satisfecha con el resultado. Que por cierto ha sido un éxito, se ha convertido en un best-seller leído en facultades e institutos. Supongo que esto gustará a la autora, pues ella misma se leyó en su día todos los libros del mundo sobre lesbianismo, y apuesto a que la emergente población de lesbianas ha tenido mucho que ver en la trascendencia que ha tenido su cómic. Que a mí también me ha gustado, sólo que… quizá su excesiva frialdad, casi documental, me ha dejado un poco "fuera" de la historia.

-La ascensión del gran mal, de David B. Aunque me parece genial que lo hayan reeditado en edición integral, no puedo con el nuevo título, que han copiado de la edición yanqui: Epiléptico. ¿"Epiléptico"? Pero ¿qué tenía de malo un título tan bueno como La ascensión del gran mal? ("gran mal" hace referencia a los más graves episodios de la epilepsia).

Y es que para David B. su vida ha estado marcada por la enfermedad de su hermano, al que sus padres intentaron curar por todos los medios, incluyendo a curanderos, místicos, comunas macrobióticas, espiritismo… Todo esto afectó a la ya de por sí inquieta mente del autor, que va forjando su carácter a través de la fantasía, el dibujo, los sueños…

Nos habla de la idea que tenemos de nosotros mismos y de los demás, de la armadura que nos vestimos para protegernos del mundo, de la búsqueda de respuestas, del contraste entre el mundo infantil y el adulto… Pero además la obra explora el cómic como medio, el dibujo como terapia… para mí, esta forma de narrar marca la diferencia con otras obras autobiográficas y lo convierte en una auténtica obra maestra, mientras que el Fun Home está "bien", y del primero ya ni hablo.

Para finalizar diré que las tres obras tienen en común la edad de sus autores, nacidos en torno a 1960, y lo a gusto que se habrán quedado al terminarlas, ya que se trata de auténticos psicoanálisis, nada complacientes consigo mismos y sus familias. David B. es tan sincero en su tebeo que ha llegado incluso a pelearse con sus padres a raíz de su publicación…

miércoles, 3 de junio de 2009

martes, 12 de mayo de 2009

De espaldas al kiosco / Nadie come del aire

Otra vez al hilo del fanzine TUHUMOR, me he acordado que tenía por aquí dos libros sin leer de los Kikes: Kike Babas y Kike Turrón, dos de los más activos conocedores del underground hispano, fanzineros, músicos, críticos musicales y autores de varios libros, de los cuales éstos fueron los primeros.

De espaldas al kiosco (1996) es una extensa guía histórica de fanzines españoles, desde principios de los 70 hasta 1995. Como suele decirse, no son todos los que están (sería imposible), pero la lista es muy completa. Se nombran cientos de fanzines, reseñados brevemente por año, temática, aspecto, y en algunos casos, creadores.

La lista se divide por décadas, y es interesante ver la evolución de los formatos y de los contenidos, al principio muy políticos, después cada vez más especializados y mejor editados. Su número aumenta con los años, aunque supongo que después del 95 se habrán reducido con la competencia de Internet (la mayoría de blogs no son más que fanzines digitales, incluido éste). También se diversifica con el tiempo la procedencia de los fanzines, más allá de Madrid y Barcelona irán apareciendo poco a poco en el resto del país (sobre todo en la siempre ruidosa escena vasca).

De lo mejor son los delirantes nombres de algunos fanzines, por ejemplo: La liviandad del imperdible; El gorrión desmadrado; Por el culo, encanto; Atún peludo; Ausencia de escarabajos; Combate en el Congo; El acomodador del bosque; El pedo rápido; Cotilleos de Burdeos; Celta-Logroñés-X; Mi amigo el tubérculo; Pichiflis

El otro libro, Nadie come del aire (1998), recopila escritos de los Kikes y de algunos de sus colaboradores, en los que cuentan las historias que han vivido desde que empezaron a introducirse en el mundillo del rock con su fanzine Buitre no come alpiste y su programa de radio: sus trucos para colarse en los conciertos, la gente del mundillo que conocieron (Josele, Robe…), las juergas, las dificultades… todo ello acompañado de abundantes fotos e ilustraciones de dibujantes más o menos conocidos (Mauro Entrialgo, Paco Alcázar, Ramone…).

El libro se vendía con su primer disco como King Putreak. Yo los vi actuar en directo en el Aturuxo de Bueu, son unos cachondos y sus conciertos muy divertidos. Aquí podéis verlos en acción:

jueves, 7 de mayo de 2009

miércoles, 15 de abril de 2009

La rata pirata (2)

…y hasta aquí las aventuras de La rata pirata. Obvio deciros que si a alguien le suena alguna tira por haberla visto en su revista del videoclub me haría inmensamente feliz, nunca he podido comprobar si realmente se distribuían por todo el país.


lunes, 13 de abril de 2009

La rata pirata (1)

Ahora que hablamos de TUHUMOR, tengo que asombrarme de que, pese a mi escasísima producción como historietista (el 90% de la cual podéis ver en este blog, y el resto no me atrevo ni a verlo yo), ya he publicado cantidad. Y es que a estas cuatro páginas en el fanzine, tengo que sumar unos pinitos anteriores en circunstancias bastante curiosas:

Corría el año 2005, aún vivía en Pontevedra, y un día me encontré por la calle a mi viejo amigo David. Me preguntó si seguía dibujando, y cuando le respondí que sí (una verdad a medias) me hizo una oferta irresistible: estaba trabajando para una asociación de videoclubs, maquetando una de esas revistillas que regalan anunciando los estrenos de cada mes (se llamaba precisamente Estrenos). Estaban pensando incluir en la revista una tira cómica en contra de la piratería, y David había pensado en mí. Me quedé de piedra: por un lado no sabía si sería capaz de dibujar una tira cada mes y el tema no era muy de mi agrado, pero por otro lado no podía dejar pasar esa oportunidad de publicar (¡!), además a color (¡!), cobrando (¡!!!), y con difusión nacional (¡¡¡¡¡¡!!!!!!), así que, por supuesto, le dije que sí con total desvergüenza.

Los jefes de la asociación querían meter mucha caña contra la piratería, como es lógico. El más jefe tenía tres videoclubs, y se ponía hecho una furia sólo de pensar en el tema (a este hombre ya lo conocía de otro capítulo gracioso de mi vida). Yo, en cambio, lo que quería era practicar el dibujo e intentar hacer un producto digno, dentro de la limitación temática y mis propias limitaciones técnicas. Tuve algunas discrepancias creativas (uno de ellos pensaba que las ratas eran las hembras de los ratones...), e incluso me hicieron cambiar algún texto (que he vuelto a cambiar ahora), pero hasta eso lo disfruté enormemente, me sentía como un dibujante de verdad, jeje.

Y así nació La rata pirata… En total dibujé catorce tiras, que divido en dos entradas para que tengáis tiempo de recuperaros. Las primeras siete:


sábado, 4 de abril de 2009

TUHUMOR

Me he unido a algunos de mis compis de las clases de dibujo para publicar un fanzine de cómics, y por fin, después de mucho esperar… ¡Lo tenemos! ¡TUHUMOR está en la calle!


Pronto estará disponible en varios lugares de Sevilla, y dentro de poco también en Salamanca, Pontevedra… hasta Japón va a llegar (y no es coña). De momento podéis visualizarlo y/o descargarlo del blog que hemos creado para la ocasión. Y mi modesta aportación podéis leerla también debajo de estas líneas (clic para ampliar…):







viernes, 27 de marzo de 2009

Fedón

Éste es uno de los diálogos platónicos más famosos y corresponde a la etapa "de madurez" de Platón, en la que ya no se limita a difundir la filosofía que aprendió de Sócrates, sino que añade sus propios argumentos, expuestos con claridad y una gran calidad literaria.

El diálogo transcurre durante las últimas horas de Sócrates antes de cumplirse su condena a muerte. Algunos de sus seguidores (Platón estaba ausente por enfermedad, según cuenta) lo acompañan en el trance, conmocionados por la pérdida del maestro. Sócrates los tranquiliza con su teoría acerca de la inmortalidad del alma, que tras la vida terrena volverá a formar parte del mundo verdadero de las Ideas (la célebre teoría de las Ideas se expone aquí por primera vez).

Todo el diálogo tiene un tono muy racional y lógico, pero al final Sócrates hace una descripción del mundo del más allá en tono fantástico y religioso (casi ciencia ficción) que ha descolocado a los expertos, ¿es una ironía de Platón negando las acusaciones de impiedad por las que se condenó a Sócrates? ¿o era ésta realmente la opinión del maestro? A mí me parece que sólo nos da un mito en el que apoyarnos, como podría haber dado otro. El propio Sócrates lo dice:

Desde luego que el afirmar que esto es tal cual yo lo he expuesto punto por punto, no es propio de un hombre sensato. Pero que existen esas cosas o algunas otras semejantes en lo que toca a nuestras almas y sus moradas, una vez que está claro que el alma es algo inmortal, eso me parece que es conveniente y que vale la pena correr el riesgo de creerlo así –pues es hermoso el riesgo–, y hay que entonar semejantes encantamientos para uno mismo, razón por la que yo hace un rato ya que prolongo este relato mítico.

O sea, que si tenemos claro que el alma es inmortal, tanto da cómo nos imaginemos la eternidad (son "encantamientos para uno mismo"). Y como decía el gran Borges (en El tiempo y J.W. Dunne):

Dunne asegura que en la muerte aprenderemos el manejo feliz de la eternidad. Recobraremos todos los instantes de nuestra vida y los combinaremos como nos plazca. Dios y nuestros amigos y Shakespeare colaborarán con nosotros. Ante una tesis tan espléndida, cualquier falacia cometida por el autor resulta baladí.

La muerte de Sócrates - David

¿No os parece? Bueno, no me hagáis mucho caso… según recogió Calímaco en unos versos, hubo quien se obsesionó tanto con este diálogo que se suicidó para comprobar la inmortalidad de su alma. No vale la pena, ya llegará…

lunes, 23 de marzo de 2009

Dos cadenas para ti (3)

Más cabeceras de antiguas series de los ochenta, en esta ocasión con un tema: detectives privados.

-Mike Hammer. El más duro. Los hombres le temían y las mujeres (siempre de grandes pechos) lo deseaban, menos una misteriosa dama que aparecía y desaparecía fugazmente ante su vista en cada episodio… me gustaba mucho ese recurso. Tengo pendiente de lectura una de las violentas novelas pulp en que se basa la serie, obra de Mickey Spillane.

Como dato morboso, recuerdo que por la época en que daban aquí la serie, a su prota Stacey Keach lo habían pillado con coca en un aeropuerto, fue bastante sonado. El caso es que guardo un buen recuerdo de la serie, y sobre todo de su estupendo tema musical: Harlem nocturne.



-Luz de luna. Los comienzos de Bruce Willis, y los "finales" de Cybill Shepard, que nunca consiguió remontar después de este papel. Inolvidables los secundarios, la señorita Topisto y su novio (¿Herbert?). Pero la verdad es que hace poco volví a ver uno de los primeros episodios y era infumable, como suele ocurrir con estas series vistas ahora. Cómo engaña la memoria, la recordaba muy divertida.

Y en la parte musical, otro clásico: Al Jarreau. Si lo pienso, estas canciones tuvieron parte de culpa en que me guste el jazz.



-Remington Steele. Por este papel se decidió que Pierce Brosnan haría un buen 007. Como Luz de luna, otra de tensión sexual entre socios detectives, y otro tema pegadizo.



sábado, 14 de marzo de 2009

miércoles, 11 de marzo de 2009

Reyes disfrazados

Casualmente esta lectura está relacionada con la anterior, el Huckleberry Finn, su mismo título hace referencia a los falsos reyes vagabundos de la novela de Twain. Aquí el Mississippi serían las vías de los trenes que durante la Gran Depresión cruzaban los Estados Unidos cargados de vagabundos, o simplemente de gente que lo había perdido todo tras la crisis económica (si, es una buena época para leerse este cómic). Este es el caso del protagonista, Freddie, que con sólo trece años se ve lanzado a los caminos por las circunstancias, y en busca de su padre emprenderá el clásico viaje iniciático que le hará madurar.

La América de Freddie es muy diferente a la que vivió Mark Twain. A principios de los años 30 el optimismo anterior se había diluido, y la población intentaba adaptarse a la dramática situación, cada cual a su manera. Así, Freddie conocerá en su viaje a gente buena y mala: vagabundos crueles, gente que comparte lo poco que tiene, sindicatos de izquierdas que protestan frente a la fábrica de Ford… incluso conoce a (presuntamente) Jesse James.

Antes de dedicarse a los cómics, el guionista James Vance había escrito una exitosa obra de teatro, y de allí rescató a Freddie para contar su historia en formato tebeo. Sale bien parado del intento, sobre todo en la construcción de los personajes y en la ambientación de la época, muy lograda. Esto también es mérito de Dan Burr, un dibujante detallista y cumplidor, a pesar de no andar sobrado de talento.

Se echa a faltar una galería con las portadas originales, obra de artistas como Steve Rude o Harvey Kurtzman. Esto hubiera redondeado la edición española de este cómic de 1988 que en su país ya es un clásico.

sábado, 7 de marzo de 2009

Navegando río abajo


Durante días y más días no nos atrevimos a detenernos en una población. Seguimos navegando río abajo. Ahora estábamos en pleno sur, el tiempo era cálido y estábamos muy lejos de casa. Empezaron a aparecer árboles cubiertos de musgo de Florida, que colgaba de las ramas como unas barbas grises. Era la primera vez que lo veía crecer y daba a los bosques un aspecto solemne y lúgubre. Y ahora los embaucadores se creyeron fuera de peligro y otra vez se pusieron a trabajar los pueblos.

Empezaron con una conferencia sobre la templanza, pero no sacaron lo bastante para emborracharse los dos.

Mark Twain, Las aventuras de Huckleberry Finn

viernes, 6 de marzo de 2009

Las aventuras de Huckleberry Finn

La imagen de Huckleberry Finn y el negro Jim navegando el Mississippi sobre una balsa de troncos se ha convertido en un icono universal del viaje, la aventura y la búsqueda de libertad. El narrador es el propio Huck, que con su voz adolescente y su particular lógica impregna el relato de humor, y también permite a Mark Twain escribir por primera vez una novela que emplea el lenguaje coloquial del sur de Estados Unidos en esa época. El libro es también innovador en tratar temas peliagudos, como el racismo o las diferencias entre clases, siempre desde el punto de vista de un Huck ingenuo para algunas cosas, pero tremendamente resolutivo ante los imprevistos.

Me he leído este libro como preparación a mi relectura de Los detectives salvajes, porque Bolaño dejó escrito:

“Por un lado creo ver en esta novela una lectura, una más de las tantas que se han hecho en la estela del Huckleberry Finn de Mark Twain; el Mississippi de Los Detectives es el flujo de voces de la segunda parte de la novela.”

De hecho, el prólogo a la edición que he leído es suyo (también incluido, como el texto anterior, en su libro Entre paréntesis). Bolaño asocia esta obra con la otra gran novela fundacional americana: Moby Dick. Según él, Melville se adentra en los territorios del mal y Twain en los de la felicidad, y de un modo u otro, todos los escritores americanos posteriores han buscado su camino en alguno de los dos libros.

martes, 24 de febrero de 2009

Lost girls #2 y #3

Tras haberse hecho amigas (muy amigas, y con derecho a todo tipo de roces) en el primer tomo, Dorothy, Wendy y Alicia acaban de contarse, por turnos, sus historias, a la vez que exploran el hotel y sus alrededores (y a sí mismas) antes de que la inminente Guerra Mundial las alcance, acabando con el placer y la diversión.

Siempre en capítulos de ocho páginas, en una estructura cerrada y perfecta muy del gusto de Alan Moore, se abordan casi todas las variantes del sexo de forma explícita, pero con tal elegancia que consigue dignificar un género como el pornográfico, que siempre arrastra tan mala fama. Parte de esa elegancia se la debemos a Melinda Gebbie, una artista que, como ya dije, no me entusiasma, pero reconozco que sabe adaptarse muy bien a los guiones de su marido y firma un trabajo más que correcto.

Por cierto, en París pude ver la edición que han hecho los franceses, en un solo tomo de 50 euros. Aquí salen a 66 los tres tomos con la cajita, y aunque es copia de la edición original, en este caso mi bolsillo hubiera agradecido que se imitara la edición francesa.