Este cómic de Jessica Abel me provoca sensaciones contrapuestas. Por un lado, me resultan antipáticos todos los personajes, especialmente la protagonista, bien descrita como “perdida”. En cuanto a la historia, que avanza dramáticamente hasta convertirse en un thriller, se estropea con un final poco inspirado y la inevitable moraleja.
Por otra parte, aunque cargantes, los personajes están bien definidos, sus diálogos son creíbles, y el tebeo mantiene el interés a lo largo de más de doscientas páginas, lo cual es meritorio. Es especialmente interesante el enfoque dado al choque de culturas: la mala conciencia yanqui frente a las contradicciones mexicanas: revolucionarios de izquierdas que venden camisetas del Ché, camellos que sueñan con ser D.J. en los USA… gringos que huyen de su artificial país, y mexicanos que quieren emigrar allí para prosperar.
Cuando menos, es un tebeo válido como guía de viaje a México D.F. … Ah, y feliz año nuevo.